Expertos reconocen que hay temor, pero hay opciones para quienes tienen “green card”
La cámara de un extraño puede ser un problema en un espacio donde la mayoría de la gente prefiere mantener el anonimato, en este caso por temor -quizás sin necesidad- a las autoridades migratorias de los Estados Unidos.
Al entrar al lobby del Edificio “D” de LaGuardia Community College, algunas personas me miran con extrañeza, pero tengo una indicación clara: no tomar los rostros de inmigrantes, sólo de los abogados “pro bono” que los ayudan. “Tú entiendes, ellos prefieren así”, comparte Natasha Bisbal, responsable de Medios de Catholic Migration Services (CMS).
Nadie debería tener miedo de perseguir una mejor calidad de vida, como actualmente ocurre con muchos inmigrantes con “green card” que buscan naturalizarse en EEUU, coinciden expertos que trabajan con ellos.
“Hay mucho miedo, por lo que está sucediendo ahora”, reconoce Paula DaSilva-Michelin, directora del Centro Educativo para Inmigrantes de LaGuardia Community College, donde el 29 de julio se realizó un taller para que alrededor de 50 personas recibieran orientación de abogados “pro bono” para llenar el Formulario N-400 y obtener la ciudadanía.
¿Por qué hay miedo si ninguna de las personas que acuden a este taller son indocumentadas? Todas fueron precalificadas para tener acceso a la asesoría personalizada de un abogado especializado en inmigración.
“No debería (haber miedo)”, reconoce José León, abogado supervisor de la Unidad de Naturalización del CMS. “Hacemos una entrevista incial para determinar si son elegibles o no y si lo son los mandamos al taller, donde un grupo de abogados voluntarios, les ayudan a rellenar los formularios”.
León explica que lo principal que deben hacer los inmigrantes con Residencia Legal Permanente o “green card” es ser honestos con quienes les darán asesoría, porque ocultar “un detalle” podría acarrearles problemas ante Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), donde deben presentar sus documentos.
El lobby que los estudiantes habitualmente utilizan para descanso, leer, escuchar música o tomar un café con los amigos fue habilitado para brindar ayuda; es parte de la labor del área que dirige DaSilva-Michelin, quien reconoce que los servicios migratorios son solicitados por indocumentados, para quienes hay restricciones, sobre todo si buscan aplicar a programas federales.
“Desde 2017 el gobierno federal nos instruyó que debemos pedir el estatus migratorio de las personas antes de ofrecerle uno de nuestros servicios… no penalizamos, nunca preguntamos”, afirma, pero ahora tienen que hacerlo para ciertas ayudas, aunque para otras pueden proporcionar orientación. “Es interesante, porque la mitad de nuestros ‘estudiantes’ tiene eso… es decir no son indocumentados… no pueden aplicar“. Ahí van a estudiar inglés, conocer sus derechos, los programas que tiene la ciudad para ellos.
Paula DaSilva-Michelin, de LaGuardia Community College. / FOTO: JESÚS GARCÍA
La experta originaria de Brasil reconoce que Nueva York es como “un mundo aparte”, donde sin embargo hay redadas o detenciones de indocumentados casi todos los días, según el mapa de ICEWatch, que documentó más de 700 acciones -incluidas grandes redadas- de 2013 a la fecha.
“Les decimos a los indocumentados a los tipos de beneficios que pueden acceder”, explica DaSilva-Michelin y acota que laboran con organizaciones como CMS, a la que “dieron permiso para que puedan realizar talleres como éste”, donde los inmigrantes pueden dar un paso decisivo.
¿Qué es lo primero que debe tomar en cuenta un inmigrante con “green card” para aplicar a la ciudadanía? “Ser honesto con nosotros”, dice León sin chistar, porque eso permitirá dar una asesoría más certera.
“Un historial criminal extensivo, donde la persona no necesriamente podría estar en proceso de deportación, puede ser un problema”, explica el abogado con amplia experiencia en asuntos migratorios, incluidos casos de deportación o de Acción Diferida (DACA). “Cuando la persona se hizo residente no pudo haber mentido o cometido fraude y nosotros tratamos de dejarlo claro, pero la gente no siempre es honesta… siempre debe tener presente que no debe mentir, si no son honestos con nosotros, porque pueden tener problemas grave”.
José León coordina al equipo legal que revisa las aplicaciones de ciudadanía. / FOTO: JESÚS GARCÍA
El experto egresado de la Universidad de Northwestern reconoce que a veces un caso puede ser más fácil de lo que un inmigrante piensa.
“Los hay… si la persona ha pagado sus impuestos, no tiene historial de arrestos, nada en su historial que pueda ser negativo en su país de origen o en los EEUU”, explica.
Firmas como Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP; Fried, Frank, Harris, Shriver & Jacobson LLP, y voluntarios de Goldman Sachs se suman a esta ayuda para inmigrantes.
La organización realiza talleres con regularidad, apenas en abril había concretado uno en Brooklyn, pero en esta ocasión prefirió realizarlo en Queens, donde un alto porcentaje de la población es inmigrante. Tan sólo en Jackson Heights, por ejemplo, se pueden encontrar personas de más de 100 países, como lo expuso el cineasta Frederich Wiseman en su documental “In Jackson Heights”.
A pesar de los cambios en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los abogados reconocen que los inmigrantes tienen opciones que la ley les otorga, una razón más para enfrentar el miedo.
José León coordina al equipo legal que revisa las aplicaciones de ciudadanía. / FOTO: JESÚS GARCÍA
A tomar en cuenta
Los inmigrantes con “green card” que buscan aplicar a la ciudadanía deben considerar:
- Cumplir con el requisito de residencia en el país de tres o cinco años, dependiendo el caso.
- Pagar sus impuestos como marca la ley.
- No cometer fraude con ayudas federales.
- Si tiene historial criminal contar los detalles a su representante legal.
- El hecho de tener una falta criminal no descalifica a la persona para aplicar a la ciudadanía.
- Si mintió para obtener la Residencia Legal Permanente deberá contarlo a su abogado o representante legal.